Las reglas más estrictas de la cárcel y lo que no se permite

Vivir en una cárcel es muy diferente a cualquier otro tipo de vida que podamos imaginar. Las reglas son estrictas, y las libertades que uno podría dar por sentadas en el mundo exterior desaparecen. En este artículo exploraremos algunas de las reglas más estrictas que los reclusos deben seguir y, sobre todo, lo que está completamente prohibido en estos lugares. Desde actividades cotidianas hasta comportamientos que podrían llevarte a enfrentar sanciones severas, descubrirás qué no se puede hacer en la cárcel.

Lo que no de permite en la cárcel: prohibiciones absolutas

1. La libertad de movimiento

Una de las primeras y más notorias restricciones en la cárcel es la falta de libertad de movimiento. Los reclusos deben permanecer dentro de los límites de las instalaciones, y cualquier intento de salir sin autorización se considera fuga, lo que conlleva graves consecuencias. No importa si es para ir al comedor o para hacer ejercicio, todos los movimientos deben ser monitoreados y controlados por los oficiales de seguridad. Esto no solo se aplica a las salidas del centro, sino también al simple hecho de caminar por el recinto sin el permiso adecuado.

2. No se permiten objetos peligrosos

Los objetos peligrosos, como cuchillos, herramientas afiladas, o cualquier elemento que pueda ser utilizado como arma, están estrictamente prohibidos en la cárcel. Esto se debe a que el ambiente en las cárceles puede ser extremadamente tenso y violento. Para evitar confrontaciones que puedan resultar en heridas graves, las autoridades se aseguran de que los reclusos no tengan acceso a objetos que puedan ser usados para agredir a otros. Esto incluye, en muchos casos, artículos tan simples como una cuchara de metal o una cuerda.

3. El uso de drogas y alcohol

Las drogas y el alcohol son de las prohibiciones más estrictas en las cárceles. El consumo de estas sustancias dentro de los muros de una prisión no solo es ilegal, sino que también puede aumentar la violencia y alterar la convivencia entre los reclusos. A pesar de la estricta vigilancia, algunas veces los reclusos intentan introducir estas sustancias de manera clandestina. Las autoridades realizan inspecciones regulares para asegurarse de que no haya contrabando de drogas ni de bebidas alcohólicas dentro del recinto.

4. Contacto físico excesivo

El contacto físico entre reclusos está muy regulado. En general, los abrazos, besos y cualquier otro tipo de interacción íntima están restringidos, sobre todo en espacios comunes. Esto incluye visitas y actividades dentro del centro. Aunque los reclusos pueden recibir visitas de familiares y amigos, estas deben ser en espacios controlados y bajo estricta supervisión. El contacto físico excesivo podría ser interpretado como un signo de desorden o rebeldía, lo que pone en peligro la seguridad del lugar.

5. Comunicaciones no autorizadas

La comunicación no autorizada también es un aspecto muy restringido en las cárceles. Los reclusos no pueden hablar con quien deseen en cualquier momento ni enviar mensajes sin supervisión. Las cartas y las llamadas telefónicas son monitoreadas para evitar que se hagan planes ilegales o que se realicen actividades fuera del alcance de los oficiales. Además, algunos centros penitenciarios incluso limitan el uso de teléfonos móviles, ya que estos pueden ser utilizados para coordinar actividades delictivas desde dentro.

El estricto régimen de la cárcel: más allá de las prohibiciones

6. El control de las visitas

Las visitas son un derecho para los reclusos, pero están estrictamente controladas. No se permite que un recluso reciba visitas de cualquier persona sin antes pasar por un proceso de autorización y verificación. Además, las visitas no pueden ser largas ni frecuentes, y deben realizarse en horarios específicos. Esto es para evitar que los reclusos puedan recibir objetos ilegales o informaciones prohibidas de los visitantes. A veces, las visitas se realizan a través de un vidrio, sin contacto directo, para garantizar que no haya ningún tipo de traspaso de contrabando.

7. El uso de internet

El acceso a Internet está altamente restringido en la mayoría de las cárceles. Si bien algunas prisiones pueden permitir el acceso limitado a internet para fines educativos o de comunicación básica, la mayoría prohíbe el uso no autorizado. Esto impide que los reclusos puedan navegar libremente o mantener contacto con el exterior sin supervisión. Las restricciones se aplican no solo a la navegación web, sino también a las redes sociales, donde los reclusos podrían, en teoría, coordinar actividades fuera de la ley.

8. El juego de azar y las apuestas

El juego de azar y las apuestas están estrictamente prohibidos en las cárceles, ya que pueden desencadenar conflictos serios entre los reclusos. Las apuestas ilegales pueden generar deudas y violencia, y por lo tanto, son controladas por las autoridades para evitar que los reclusos se involucren en estos comportamientos. En algunos casos, el contrabando de artículos relacionados con el juego puede ser un delito adicional con sanciones severas.

¿Qué sucede si se rompen estas reglas?

Las consecuencias de romper estas reglas pueden ser severas, dependiendo de la infracción. Algunos de los castigos incluyen aislamiento, pérdida de privilegios (como visitas o tiempo libre), o incluso traslados a una prisión de máxima seguridad. Además, los reclusos que violen las reglas pueden enfrentar cargos adicionales, lo que podría alargar su tiempo de condena.

Conclusión

Vivir dentro de una cárcel no es fácil, y las reglas son mucho más estrictas de lo que muchos imaginan. Desde la prohibición de objetos peligrosos hasta la estricta supervisión de las visitas, cada detalle está diseñado para mantener el orden y la seguridad. Si alguna vez te has preguntado qué no se puede hacer en la cárcel, ahora tienes una idea más clara de las severas restricciones que enfrentan los reclusos. Aunque la vida en la cárcel pueda parecer desconcertante desde el exterior, es un mundo donde las reglas son la base para mantener la estabilidad, aunque a veces, estas reglas también resulten difíciles de aceptar.


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