La sorprendente razón por la que muchos se sienten mejor poco antes de morir

Este tema puede parecer extraño, incluso incómodo de abordar, pero es algo que he escuchado repetidamente y también he visto con mis propios ojos: personas muy enfermas, en estados terminales, que de repente, y sin explicación lógica aparente, mejoran por un breve momento antes de morir. Recuperan un poco de fuerza, sonríen, hablan con claridad, e incluso llegan a despedirse.

Es algo tan común, y al mismo tiempo tan misterioso, que me impulsó a investigar, reflexionar y compartir contigo lo que encontré. Porque este fenómeno, lejos de ser una simple curiosidad médica, tiene un impacto emocional y espiritual profundo tanto en quien lo vive como en quienes lo rodean.

¿Qué es el “rally de la muerte” y por qué ocurre?

A este fenómeno se le conoce popularmente como el “rally de la muerte”, y aunque no todos lo experimentan, es lo suficientemente frecuente como para haber sido documentado por médicos, enfermeros, familiares y cuidadores alrededor del mundo.

Pero, ¿por qué ocurre? ¿Qué lo provoca? Aún no hay una explicación definitiva, pero existen varias teorías —físicas, psicológicas, espirituales— que buscan darle sentido.

Explicación física: un último impulso del cuerpo

Desde la medicina, se sugiere que esta “mejora” puede deberse a una descarga final de energía por parte del organismo. Algunos expertos creen que el cuerpo, al sentir que se acerca el final, activa una especie de “modo de emergencia” donde libera adrenalina, dopamina o incluso endorfinas, lo que puede generar una sensación temporal de bienestar y lucidez.

También puede suceder que, al cesar los tratamientos agresivos o la medicación fuerte, la persona tenga una breve mejoría al no estar tan sedada o debilitada por los efectos secundarios.

Pero esto no explica todo… porque hay casos donde la mejoría es emocional, espiritual, incluso casi mágica.

Explicación emocional: una despedida consciente

Muchos familiares coinciden en lo mismo: justo antes de morir, su ser querido pidió hablar con alguien, recordó cosas importantes, o simplemente agradeció.

Algunos psicólogos explican que el ser humano, aún en estados muy delicados, tiene una intuición profunda sobre la muerte. Y en ese momento, el cuerpo o la mente pueden hacer un esfuerzo consciente por despedirse de forma digna y amorosa.

Es como si, en lo más profundo, la persona supiera que es momento de cerrar ciclos. Ese instante de lucidez puede ser la oportunidad que tiene para decir lo que no se dijo, o para regalarle paz a los que ama.

Explicación espiritual: el alma preparándose para partir

Para quienes ven la vida desde una perspectiva espiritual, esta “mejoría antes de morir” no es un misterio, sino parte del proceso del alma al desprenderse del cuerpo.

Se cree que en los últimos momentos, el alma se prepara para dejar este plano, y en ese tránsito puede experimentar una especie de claridad, de expansión de conciencia o incluso de paz profunda.

Hay relatos de personas que han descrito ver luces, seres queridos ya fallecidos, o tener una sensación de plenitud inexplicable. Y aunque desde fuera parezca simplemente una mejoría física, podría ser un regalo del alma: un último instante de luz antes de partir.

¿Qué podemos aprender de este fenómeno?

Más allá de su explicación, lo que este fenómeno nos deja es una enseñanza poderosa: la muerte no siempre llega con oscuridad o sufrimiento. A veces, llega con calma, con despedidas suaves, con instantes de amor.

Nos recuerda también que no todo puede ser explicado con ciencia. Hay momentos en los que la vida (y la muerte) nos invitan a confiar, a observar, a estar presentes.

Y es en esos instantes, justo antes del adiós, donde muchas veces ocurre lo más humano y sagrado: el acto de dejar ir.

Cómo acompañar a alguien en ese momento

Si alguna vez estás cerca de alguien que está muriendo, y notas una repentina mejora, aprovéchala para estar presente de verdad. Aquí algunos consejos que nacen más del corazón que de los manuales:

  • Escucha con amor. A veces, esa lucidez momentánea es solo para decirte algo importante.
  • No niegues la realidad. Aunque parezca que mejora, entiende que puede ser solo un regalo breve.
  • Despídete si puedes. Di lo que necesites decir. Agradece, perdona, honra.
  • Respeta su silencio. A veces no hace falta hablar. Solo estar.

Conclusión: El misterio del final también puede ser luz

Es inevitable que este tema nos sacuda un poco. Nadie quiere pensar en la muerte, y menos en la de quienes amamos. Pero entender que, en muchos casos, hay una última chispa de vida, de conciencia o de amor antes del adiós, nos da consuelo.

Yo no sé tú, pero a mí este fenómeno me parece un recordatorio de que el final no siempre es oscuro. A veces, es más bien una transición suave, casi poética… donde el alma se despide con una caricia.

Y quizás, solo quizás, ese momento de “mejoría” no sea un error del cuerpo, sino un acto de amor.


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