Introducción: El problema no es el tiempo
Vivimos diciendo “no tengo tiempo”, cuando en realidad lo que nos falta es energía enfocada. Puedes tener un calendario perfectamente planificado, pero si llegas agotado a tus horas clave, tu productividad se desploma.
Los profesionales de alto rendimiento lo saben: la gestión de energía supera a la gestión del tiempo. En este artículo aprenderás cómo cambiar tu enfoque y diseñar tus días en función de tus ritmos naturales, no solo de tu agenda.
Palabra clave principal: gestión de energía
Gestión del tiempo vs. gestión de la energía
Planificar tareas sin considerar tu energía es como llenar el tanque de gasolina con la batería descargada. Mientras la gestión del tiempo te dice cuándo hacer algo, la gestión de energía te dice cómo de bien puedes hacerlo.
Ejemplo real: Puedes asignar una hora para escribir un informe, pero si lo haces justo después de comer (cuando tu energía cae), tardarás el doble y con menor calidad.
Los 4 tipos de energía que debes gestionar
- Física: Sueño, alimentación, movimiento.
- Emocional: Estado de ánimo, relaciones, estresores.
- Mental: Capacidad de enfoque, fatiga cognitiva.
- Espiritual o de sentido: Propósito, motivación intrínseca.
Cuando una de estas está desbalanceada, tu desempeño sufre.
Conoce tus ritmos: ultradianos y circadianos
Tu cuerpo funciona en ciclos de energía conocidos como ritmos ultradianos (90 a 120 minutos de enfoque seguido de descanso). Ignorar estos ciclos lleva al agotamiento.
Recomendación: Trabaja en bloques de 90 minutos con pausas de 10-20 minutos entre ellos. Usa la técnica Pomodoro extendida.
Cómo hacer un mapa de energía personal
Durante 3 días:
- Registra cada 2 horas tu nivel de energía del 1 al 5.
- Observa cuándo eres más productivo y cuándo te sientes lento.
- Ajusta tu calendario según estos patrones.
Ejemplo: Si tu energía máxima es de 9 a 11 AM, asigna tareas de enfoque como escritura, estrategia o toma de decisiones en ese bloque.
Técnicas para recargar cada tipo de energía
Energía física:
- Dormir 7-8 horas.
- Hacer pausas activas (caminar, estiramientos).
- Comer snacks energéticos saludables.
Energía emocional:
- Prácticas de gratitud.
- Evitar reuniones tóxicas.
- Conectar con personas que te inspiren.
Energía mental:
- Evita la multitarea.
- Usa herramientas como Focusmate o Freedom.
- Haz “brain dumps” para vaciar la mente.
Energía espiritual:
- Vuelve a conectar con tu “para qué”.
- Haz journaling de propósito.
- Dedica tiempo a lo que te apasiona.
Diseña tu día basado en energía, no solo en el reloj
Reestructura tu día según tus niveles de energía:
- Mañanas: tareas de alta concentración.
- Tarde: tareas colaborativas o de gestión.
- Fin del día: revisión, creatividad ligera, rutina de cierre.
Herramientas recomendadas:
- Rise (para seguir tus ritmos de sueño).
- Notion (para mapear tu energía).
- Clockify (para analizar energía vs. tareas).
Conclusión: No es cuánto tienes, sino cómo lo usas
La verdadera productividad no está en hacer más cosas, sino en hacer las cosas correctas cuando tienes energía para hacerlas bien.
CTA: Crea tu propio mapa de energía esta semana y rediseña tu agenda según tu biología. Descubre lo que puedes lograr cuando gestionas tu energía como un recurso valioso.




