La idea de un “apagón mundial” suena como algo sacado de una película de ciencia ficción, pero es más probable que sucedan apagones masivos a nivel regional o nacional debido a fallos en la infraestructura energética, desastres naturales, o ciberataques, más que un apagón global que afecte a todos los países al mismo tiempo.
Aunque las redes eléctricas están interconectadas y dependen de satélites y tecnología avanzada, las probabilidades de un “apagón mundial” completo son bajas, ya que los sistemas de energía están diseñados para ser resilientes. Sin embargo, eso no significa que no haya riesgos. Por ejemplo, un ciberataque a gran escala podría afectar a varias regiones a la vez, o un evento solar muy fuerte podría interferir con las redes eléctricas de la Tierra.
Es importante estar preparados para fallos en el suministro eléctrico local, especialmente en tiempos de cambios climáticos extremos o inestabilidad tecnológica, pero un apagón global, por ahora, parece más una posibilidad lejana que una realidad inminente.