Leer definitivamente te ayuda a aprender y a pensar de manera más profunda, pero solo te hace “más inteligente” si aplicas lo que aprendes. Es como tener un montón de herramientas que no usas: el conocimiento está ahí, pero no está sirviendo para nada si no lo pones en práctica.

La lectura mejora tu mente, te da nuevas perspectivas y habilidades, pero esas solo se vuelven valiosas cuando las usas para enfrentar problemas o mejorar algo en tu vida. Si solo lees y no haces nada con lo que aprendes, solo estás acumulando información, pero no estás realmente creciendo.

La magia ocurre cuando lo que lees lo integras en tu día a día, ya sea cambiando hábitos, tomando mejores decisiones o resolviendo situaciones con lo que has aprendido. Es entonces cuando ese conocimiento se convierte en algo útil y te hace más inteligente.