Errores comunes al tomar magnesio

El magnesio es uno de esos minerales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente, pero a menudo pasa desapercibido hasta que tenemos algún síntoma que nos hace preguntarnos si nos falta. Este mineral es esencial para más de 300 funciones en el cuerpo, desde el apoyo al sistema nervioso hasta la regulación de la presión arterial y la salud ósea. Además, el magnesio tiene propiedades relajantes que pueden ayudar a reducir el estrés, aliviar los calambres musculares y mejorar la calidad del sueño.

Sin embargo, aunque el magnesio puede ofrecer tantos beneficios, muchas personas cometen errores al tomarlo que pueden evitar que obtengan todo lo que pueden de este suplemento. Si estás considerando tomar magnesio o ya lo haces, aquí te comparto algunos de los errores más comunes que debes evitar, para que puedas aprovecharlo al máximo y cuidar de tu salud de manera efectiva.

1. No elegir la forma correcta de magnesio

Uno de los errores más comunes al tomar magnesio es no elegir la forma adecuada para tu cuerpo. Y es que, aunque todas las formas de magnesio tienen como objetivo aumentar los niveles de este mineral en el cuerpo, cada una se absorbe de manera diferente y puede tener efectos secundarios distintos.

Por ejemplo, el magnesio en forma de óxido es bastante común y barato, pero tiene una biodisponibilidad más baja, lo que significa que el cuerpo no lo absorbe tan eficientemente. Además, el óxido de magnesio puede tener un efecto laxante, lo que puede resultar incómodo para muchas personas.

Por otro lado, formas como el citrato de magnesio o el glicinato de magnesio tienen una mejor absorción y tienden a ser más suaves para el estómago, lo que las hace opciones más populares. Cada tipo tiene su propio perfil de absorción y beneficios, por lo que si no estás seguro de cuál es el adecuado para ti, lo mejor es consultar a tu médico o nutricionista para elegir la mejor opción según tus necesidades.

2. Tomarlo en el momento equivocado

El momento en que tomas magnesio también juega un papel importante en cómo te afecta. Muchas personas cometen el error de no tener en cuenta el momento del día al tomar este suplemento, lo que puede hacer que no obtengan todos sus beneficios.

Por ejemplo, el magnesio tiene propiedades relajantes que pueden ayudarte a calmarte y reducir el estrés, por lo que muchas personas prefieren tomarlo antes de acostarse. Esto puede mejorar la calidad del sueño, ya que el magnesio ayuda a regular la producción de melatonina, la hormona que nos indica cuando es hora de dormir. Si lo tomas durante el día, puede que sientas sueño o somnolencia, lo que no siempre es conveniente.

Tomar magnesio con las comidas también puede ser útil, ya que ayuda a mejorar la absorción y a evitar molestias estomacales. Si experimentas molestias o malestar después de tomarlo, intentar hacerlo con una comida podría aliviar el problema.

3. No ajustar la dosis a tus necesidades personales

Cada persona tiene diferentes niveles de magnesio, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Un error común es no ajustar la dosis según las necesidades individuales.

Algunas personas tienen deficiencia de magnesio y pueden necesitar dosis más altas para mejorar sus niveles, mientras que otras solo necesitan una cantidad básica para mantener su salud. Tomar más magnesio de lo necesario no solo es innecesario, sino que puede causar efectos secundarios como diarrea, calambres o malestar abdominal.

Lo mejor es comenzar con una dosis más baja y aumentarla gradualmente si es necesario, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud. Si tienes alguna condición médica o estás tomando otros medicamentos, es aún más importante hablar con tu médico sobre la dosis adecuada.

4. Ignorar las interacciones con otros medicamentos

El magnesio no siempre actúa solo en el cuerpo; puede interactuar con ciertos medicamentos y alterar su efectividad. Es fácil pasar por alto estas interacciones, pero es esencial tenerlas en cuenta para evitar complicaciones.

Por ejemplo, los diuréticos, los medicamentos para la presión arterial o ciertos antibióticos pueden afectar la forma en que el cuerpo absorbe o utiliza el magnesio. Si estás tomando alguno de estos medicamentos o cualquier otro que pueda interferir con el magnesio, es importante consultar con tu médico antes de comenzar a tomar suplementos.

También es recomendable esperar al menos dos horas entre la toma de magnesio y otros suplementos o medicamentos, especialmente aquellos que contienen calcio o zinc, ya que pueden competir con el magnesio por su absorción.

5. No considerar la dieta en su conjunto

Aunque los suplementos de magnesio son una excelente opción para asegurar que estás recibiendo suficiente cantidad de este mineral, no debes olvidar que la dieta también juega un papel fundamental. Comer alimentos ricos en magnesio puede complementar tus suplementos y mejorar aún más su efectividad.

Alimentos como almendras, espinacas, aguacates, plátanos y semillas de calabaza son excelentes fuentes de magnesio. Además, algunos factores como el consumo excesivo de alcohol, el estrés crónico o una dieta baja en nutrientes pueden disminuir la capacidad del cuerpo para absorber magnesio, por lo que es importante mantener una alimentación balanceada.

Si tienes dificultades para obtener suficiente magnesio de tu dieta, un suplemento puede ser útil, pero recuerda que no es un sustituto de una alimentación saludable y equilibrada.

6. No ser constante

Como con cualquier suplemento, la clave para obtener resultados es la constancia. Muchas personas tienden a tomar magnesio durante un par de días y luego lo dejan si no sienten un cambio inmediato. Sin embargo, el magnesio puede tardar un poco en hacer efecto, por lo que es importante ser paciente y consistente.

Tómalo todos los días a la misma hora y como parte de una rutina para que tu cuerpo pueda adaptarse y aprovechar todos sus beneficios. Si te detienes o no eres constante, podrías no notar una mejora significativa.

7. No escuchar a tu cuerpo

Finalmente, es importante escuchar a tu cuerpo y estar atento a cualquier síntoma que pueda indicar que no estás tomando el magnesio de la manera correcta. Si experimentas dolor de estómago, diarrea, mareos o calambres, es posible que necesites ajustar la dosis o cambiar la forma en que tomas el magnesio.

Recuerda que no todos los cuerpos reaccionan igual a los suplementos, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Si notas efectos secundarios, no dudes en consultar a un profesional de la salud para hacer los ajustes necesarios.

El magnesio es un mineral fundamental para el bienestar general, pero para aprovecharlo al máximo, es crucial tomarlo de manera adecuada. Desde elegir la forma correcta hasta ser constante con su consumo y escuchar a tu cuerpo, estos pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia. Como siempre, si tienes dudas o inquietudes, lo mejor es hablar con un profesional de la salud para que te guíe en el uso adecuado del magnesio. Con estos cuidados, podrás disfrutar de los beneficios de este mineral esencial y mejorar tu salud de manera efectiva.


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