No todos los días brillan. A veces, por más ganas que tengas, simplemente no hay energía, ni claridad, ni entusiasmo. Y está bien. Somos humanas. Pero en esos días grises —literal o emocionalmente— existen formas reales y prácticas de recuperar la motivación y avanzar, aunque sea un paso a la vez. Aquí te comparto estrategias que he probado, que otras mujeres aplican y que pueden ayudarte a reencontrarte contigo misma, incluso cuando todo se siente cuesta arriba.
Reconoce lo que estás sintiendo sin juicio
Antes de querer cambiar tu estado, abrázalo. Muchas veces nos forzamos a ser productivas cuando lo que necesitamos es darnos un respiro. Permítete estar donde estás sin juzgarte.
Tip práctico: escribe tres líneas en tu cuaderno sobre cómo te sientes. A veces, ponerlo en palabras ya es un primer alivio.
Cambia tu enfoque con acciones pequeñas
La motivación no siempre llega antes de la acción; muchas veces es al revés. En vez de esperar a sentirte con ánimo, empieza por una acción simple. Algo pequeño pero intencional.
Ejemplos reales:
- Haz tu cama y abre la ventana para que entre luz.
- Toma una ducha consciente con aromas que te gusten.
- Vístete como si tuvieras un plan especial, aunque te quedes en casa.
Conecta con tu cuerpo (aunque sea cinco minutos)
El movimiento cambia la energía interna. No necesitas una rutina intensa, solo moverte.
Ideas aplicables:
- Estira tus brazos, cuello y espalda mientras respiras profundo.
- Pon tu canción favorita y baila una sola canción sin pensar.
- Haz una caminata corta sin el celular, observando lo que te rodea.
Rodéate de estímulos positivos
Lo que consumes influye en cómo te sientes. En días bajos, elige bien lo que ves, escuchas y lees.
Recomendaciones:
- Escucha un podcast que te inspire (como uno sobre bienestar o creatividad).
- Lee unos minutos de un libro que te conecte con tu propósito.
- Guarda una playlist especial para levantar el ánimo.
Establece una meta micro (sí, solo una)
Cuando todo parece demasiado, reduce tus expectativas. En lugar de una lista interminable, elige una sola cosa que harás hoy.
Ejemplo real: “Hoy solo voy a responder dos correos importantes” o “Solo voy a ordenar mi escritorio”. Eso es suficiente para reconectar con tu poder.
Habla con alguien que te nutra
Las conversaciones sanas pueden ser un bálsamo. No necesitas resolver el mundo, solo sentirte acompañada.
Sugerencia práctica: mándale un mensaje a esa amiga que te entiende. Pueden hablar, enviarse un audio o incluso planear una videollamada breve. Conectar de forma genuina cambia el día.
Crea un ritual personal de reconexión
Los rituales dan estructura, sentido y contención emocional. No tienen que ser elaborados.
Ejemplo de ritual de 10 minutos:
- Prende una vela.
- Respira profundo 3 veces.
- Escribe 3 cosas por las que te sientas agradecida.
- Haz una afirmación que te ancle (“Estoy avanzando a mi ritmo, y eso está bien”).
Elige la autocompasión en lugar de la exigencia
Ser amable contigo misma es el acto más valiente y transformador en un día difícil. La motivación no se trata de empujarte hasta el límite, sino de acompañarte con respeto y paciencia.
Recuerda esto: estar en pausa no es retroceder, es parte del camino.
Conclusión: avanzar suave también es avanzar
No necesitas hacerlo todo, ni hacerlo perfecto. En los días grises, lo más valioso es mantenerte conectada contigo, aunque sea en silencio, aunque sea despacito. Cada pequeño acto que haces por ti cuenta.
Respira. Confía. Todo pasa. Y tú también puedes pasar por esto con amor, intención y pasos reales.