Es una de esas preguntas que no tiene una respuesta simple, pero te lo diré de forma honesta: el dinero puede hacer la vida más fácil en muchos sentidos, como cubrir necesidades básicas, reducir el estrés relacionado con las preocupaciones financieras y brindarte experiencias agradables. Sin embargo, no garantiza la felicidad a largo plazo.

La verdadera felicidad generalmente viene de otros aspectos, como tener relaciones significativas, sentirte realizado en lo que haces, cuidar de tu bienestar emocional y encontrar propósito en tu vida. El dinero puede ser una herramienta para alcanzar esos objetivos, pero no es la fuente directa de la felicidad. Al final, la clave está en cómo usas ese dinero y qué tan conectado te sientes con lo que realmente importa.